Contrato Social Zapatista
“Otro mundo es posible si el hombre está junto al hombre”
Subcomandante Insurgente Marcos
La historia ha mostrado que la uniformidad en el pensamiento, en la acción, en el modo de ser; es la única vía para la paz y concordia. Haciendo una revisión conceptual, descubro que la manera de someter la diferencia es establecer un pacto entre los humanos, el cual constriña los instintos y deseos, o los encamine hacia acuerdos.
Este es el primer punto de este trabajo. Me estoy refiriendo a aquello que nos hace estar dentro de una sociedad[1], y que a su vez es lo mismo que nos excluye de aquello que llamamos sociedad, pueblo, comunidad, o cualquier otro adjetivo que parezca perspicuo para nombrar al círculo humano en el que se está inmerso. Este mencionado primer punto consta de analizar el concepto de contrato social en la obra de Thomas Hobbes, Leviatán; para posteriormente, buscar una aplicación de este concepto en lo Caracoles en Rebeldía Zapatistas (CR)[2].
En este libro, Hobbes concibe a la sociedad como un conglomerado de individuos (o individualidades) domeñados por el deseo de poder y dominio. El autor habla de un estado anterior (estado de naturaleza), en dónde estos humanos se mantenían en una guerra constante por la supremacía. De esto se infiere que es necesario un tipo de acuerdo que posibilite una relación armoniosa entre los individuos. Así es como surge el contrato social, el cual es un pacto el cual enuncia que el poder está por encima de las individualidades[3].
Ahora bien, la situación de los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ)[4] no se aleja de la propuesta Hobbesiana de la sociedad. En un primer momento las comunidades chiapanecas zapatistas, estaban ceñidas al contrato social del estado mexicano (una federación compuesta por 31 estados y un distrito federal, tres poderes[5], una constitución, y demás elementos que componen al estado mexicano); además, el contrato social parecía rozar con el estado de naturaleza: una lucha por la supremacía (reflejada en la eterna disputa entre PRI, PAN y PRD), un deseo de poder (la llamada silla presidencial) y la violencia (exterminar al que es diferente). Posteriormente, la rebelión zapatista planteó una nueva forma de organización: aquella en donde se respetaban las ideas básicas del contrato social mexicano[6], incluyendo clausulas de los Acuerdos de San Andrés[7] . La idea central del contrato social del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) consistía en un respeto hacía el indígena, sus tradiciones y su manera de gobernarse. En un tercer momento, se añadieron propuestas, tales como: Unidad entre las diferentes comunidades chiapanecas (Zapatistas y no Zapatistas), respeto a la naturaleza, no estupefacientes, no alcohol.
Bueno, pues empezamos entonces a echarle ganas a los municipios autónomos rebeldes zapatistas, que es como se organizaron los pueblos para gobernar y gobernarse, para hacerlos más fuertes. Este modo de gobierno autónomo no es inventado así nomás por el EZLN, sino que viene de varios siglos de resistencia indígena y de la propia experiencia zapatista, y es como el autogobierno de las comunidades. O sea que no es que viene alguien de afuera a gobernar, sino que los mismos pueblos deciden, de entre ellos, quién y cómo gobierna, y si no obedece pues lo quitan. O sea que si el que manda no obedece al pueblo, lo corretean, se sale de autoridad y entra otro[8].
Para entender mejor el contrato social zapatista, es necesario analizar un pinto fundamental de este: Las Juntas de Buen Gobierno (JBG). Estas juntas son un tipo de asamblea que retoma las funciones del Gobierno estatal; aunque esto es hecho a nivel regional: organizan actividades culturales; proporcionan salud, seguridad, educación, justicia; llevan a cabo reparto de tierra; solucionan problemas internos[9]; administran los recursos tanto económicos como materiales. Estas juntas son un reflejo de la sociedad actual mexicana, solo que en una escala menor; cumplen con la propuesta occidental de gobierno de una manera peculiar, es decir, generan dialogo a partir de los conflictos que los atañen. Esto se resume en la frase “mandar obedeciendo”[10].
Pero, ¿qué significa mandar obedeciendo?. En sentido laxo, esta frase habla de una propuesta diferente al gobierno federal; es decir, el que gobierna, escucha a su pueblo para así tomar decisiones que favorezcan a todos. En un sentido más profundo, el mandar obedeciendo responde a las necesidades indígenas básicas[11]; habla de un gobierno preocupado por el estrato social subsecuente[12]; esta frase remite a siglos de conflictos no resueltos, en donde
[…]el mal gobierno grita soberbia y tapa con cañones sus oídos, […] el mal gobierno regala plomo y papel a los estómagos de nuestros hijos, [...] el mal gobierno destruye nuestra casa y nuestra historia, [...] el mal gobierno reparte ignorancia y desprecio, [...] el mal gobierno ofrece cementerios, [...] el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergüenzas, [...] el mal gobierno oferta muerte como futuro, [...]y el mal gobierno impone a los más la ley de los menos [...][13].
El mandar obedeciendo se ha convertido en un estandarte de lucha, con el cual, los MAREZ y los CR han generado una escisión del contrato social “clásico”. Mandar por definición es ordenar al súbdito; obedecer significa acatar la voluntad del que manda. Parece ser una contradicción, dónde se cumple “x” y al mismo tiempo se cumple lo opuesto de “x”[14]. La aparente contradicción no es tal ya que la frase realmente esta diciendo que un buen gobernante es aquel que está en contacto con su pueblo; parafraseando lo anterior: aquel que sea elegido para gobernar, tiene la obligación de conocer las propuestas y denuncias de sus gobernados, lo cual implica que el pueblo tiene un papel fuerte en la toma de decisiones. El mando habla de una figura de autoridad necesaria en un contrato social; el obedecer responde a la necesidad de romper el individualismo característico de occidente. La contradicción se desvanece; la paráfrasis nos orilla a asumir lo siguiente: los problemas se resuelven colectivamente y en contacto directo con la gente, si este contacto entonces el pueblo manda; y si el pueblo manda, entonces existe una democracia participativa[15]. Ergo: si los problemas se resuelven colectivamente (por medio de las JBG’s) entonces hay una democracia participativa en los MAREZ Y CR.
En palabras de Hobbes:
[…]cada hombre es enemigo de cada hombre; los hombres viven sin otra seguridad que sus propias fuerzas y su propio ingenio debe proveerlos de lo necesario. En tal condición no hay lugar para la industria, pues sus productos son inciertos; y, por tanto, no se cultiva la tierra, ni se navega, ni se usan las mercancías que puedan importarse por mar, ni hay cómodos edificios, ni instrumentos para mover aquellas cosas que requieran gran fuerza o conocimiento de la faz de la tierra ni medida del tiempo, ni artes, ni letras, ni sociedad; y lo que es peor que nada, hay un constante temor y peligro de muerte violenta, y la vida del hombre es solitaria, pobre, grosera, brutal y mezquina[16]
Las comunidades autónomas zapatistas han demostrado que su manera de autogobierno ha roto con el estado de naturaleza[17] y ha generado un nuevo pacto entre los individuos, en donde la voz de todos es escuchada para gobernar a todos. Es pertinente profundizar en este asunto, para saber si el zapatismo ha llevado la teoría (de las Declaraciones de la Selva Lacandona) a una praxis, mirando los alcances y limitaciones de la misma; pero esto se hará en el próximo capítulo.
Bibliografía
- CCRI-CGEZLN. Cuarta Declaración de la Selva Lacandona. 1996.
http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1996/1996_01_01_a.htm [Consultado el 01/04/2009, 05:01 hrs]
- ____________. Sexta Declaración de la Selva Lacandona. 2005
(http://enlacezapatista.ezln.org.mx/especiales/2 [Consultado el 01/04/2009, 04:12 hrs]
- Subcomandante Insurgente Marcos. Chiapas: la treceava estela. 2003 http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/2003/2003_07_e.htm [Consultado el 25/03/2009, 09:48 hrs]
[1] Como un conjunto de seres humanos
[2] NOTA: el análisis es escueto, ya que no me centraré en Hobbes, sino en la aplicación de una hipótesis Hobbesiana para el contexto zapatista
[3] Es decir en algún ser con facultades especiales (a saber: un gobernante)
[4] Descritos en el texto anterior
[5] Ejecutivo, Legislativo y Judicial
[6] Es decir: Vivienda, tierra, trabajo, libertad, salud, educación, alimento, democracia, independencia.
[7] Véase. http://zedillo.presidencia.gob.mx/pages/chiapas/docs/sanandres/acuerdo.html [Consultado el 30/03/2009, 23:36 hrs]
[8] Comité Clandestino Revolucionario Indigena – Comandancia General del ejército Zapatista de Liberación Nacional (CCRI-CGEZLN). Sexta Declaración de la Selva Lacandona. 2005 (subrayado mío) http://enlacezapatista.ezln.org.mx/especiales/2 [Consultado el 01/04/2009, 04:12 hrs]
[9] Discusiones entre los miembros de la comunidad, problemas familiares, desavenencias regionales
[10] CCRI-CGEZLN Op Cit. [Consultado el 01 abril de 2009 04:36 hrs]
[11] Mencionadas en la cita 6 de este apartado
[12] Es decir, los gobernados
[13] CCRI-CGEZLN. Cuarta Declaración de la Selva Lacandona. 1996
http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1996/1996_01_01_a.htm [Consultado el 01/04/2009, 05:01 hrs]
[14]Es decir, una contradicción del tipo: p & ¬ p
[15] Y no solo en la teoría, sino que es llevada a la praxis
[16] Falta referencia de la cita
[17] Al menos dentro del EZLN
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