Nada más hermoso

Nada más hermoso que acariciar las comisuras de tus labios; tus labios rojos y brillantes que con un beso me desprenden de la realidad; realidad ha sido encontrarme con las palabras inadecuadas, inadecuadas han sido las acciones que completan la espiral de esta violencia, violencia he sentido cuando tu mano está ejerciendo la acción de acariciar; acariciar...te ha sido el oficio que mi alma ha elegido.

Nada más hermoso que acariciar tu cabello; acariciar tu cabello mientras lo jalo para acercarte a mí y darte un beso. Nada más hermoso que encontrar una reflexión en el conflicto; conflictuar las reflexiones, problematizar lo cotidiano. Nada más hermoso que desprenderme un segundo de mis destructivas elucubraciones, nada como elucubrar a tu lado. Nada más hermoso que la posibilidad de remontarme a lo que ya ha sido (y pretende volver a ser). Nada; no, nada.

Nada ha sido más hermoso que entender una mirada de esos grandes ojos. Nada más hermoso que emprender el camino que ya no tiene retorno. Nada más que aquello que retumba en mi cabeza, no, nada más que esas notas musicales y su pristina belleza. No, nunca... nada más hermoso que reconstruir los pedazos de tus piernas y tus brazos, nada más hermoso que ofrendarte mis memorias convertidas en agresivos versos insurrectos. Nada más hermoso que pedirte que no despiertes, nada más hermoso que pedirte que te quedes; lo recuerdo tan hermoso que me duele observarlo, me duele observar a tu sonrisa aceptando. Nada más bello que la belleza que emana de tus manos, nada más bello que lo que ya ha sido y promete no ser por mucho tiempo. Nada más que lo que es, nada más que lo que nunca será.

Nada ha sido más hermoso que encontrarte dormitando entre mis brazos. Nada ha sido más hermoso que consagrarte mis momentos concentrados. Ha sido más hermoso no encontrar nada que supere esa experiencia, ha sido más nefasto no buscar y querer encontrar otra referencia. Nada ha sido tan hermoso como regalarte estas palabras... ¡No! Nada ha sido tan hermoso como concatenar estos sentimientos para escribir unas cuantas letras. Nada ha sido tan hermoso como darme cuenta que estos garabatos no expresan lo que siento, nada ha sido tan hermoso como extrañar tu adolescente beso. Que hermoso ha sido derretir mis esperanzas en las promesas vanas que se revuelcan en el lodo. Nada más hermoso que mirar tus fotos e inundar mis ojos.

Nada más hermoso que entender; que entender esas relaciones de poder en las que solemos caer; caer más y más hondo, más y más bajo; más bajo que todo lo que creimos deleznable, más bajo que aquello que en conjunto denominamos objeto; objeto del desprecio fué todo eso que juntos miramos con resquemor, todo aquello que miramos con ira; ira nació del entendimiento del poder que ejercía sobre tí, que ejercías sobre mí. Nada más hermoso que entender que mi dignidad no tiene precio. Nada mas hermoso que saberte ahora lejos.